Las
marcas de distribución son marcas cuya propiedad legal corresponde al
distribuidor y cuya fabricación, normalmente, corre por cuenta de un fabricante
establecido.
El fabricante sigue en su producción las especificaciones requeridas
por el distribuidor en cuanto a composición, calidad, diseño, envase, etc.
Cinco categorías principales:
- Marcas Genéricas: La primera
generación de marcas del distribuidor son los productos genéricos. Son
productos, generalmente, de bajo coste, etiquetados sin nombre de marca, haciendo
tan sólo referencia al producto del que se trata: café, azúcar, mantequilla,
etc.
- Marcas
blancas: La segunda generación de marcas del distribuidor son las denominadas
marcas blancas, debido a que se presentaban en un envase casi totalmente blanco
y que no contenía esencialmente más que el nombre del distribuidor.
- Marca con
el nombre comercial del distribuidor: Con el paso del
tiempo las marcas del distribuidor evolucionan para aproximarse a una imagen de
mayor calidad. Los envases son más atractivos, acercándose e incluso superando
a los del líder y resaltándose más el nombre del distribuidor e incluso muchas
veces el fabricante es uno de los líderes.
- Marcas propias: Son marcas de propiedad del distribuidor pero cuyo nombre es distinto de la enseña o cadena del establecimiento. Presenta como ventajas y desventajas la no asociación de la marca en contra o a favor de la calidad del establecimiento.
- Marcas Exclusivas: Se trata de un tipo que no es propiamente una Marca de Distribuidor. El fabricante se beneficia en el sentido de que logra una rápida e importante participación en el mercado en función de las ventas de la cadena y el distribuidor obtiene un producto único que le permite fidelizar a sus clientes.
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